domingo, 15 de noviembre de 2020

The Trial of the Chicago 7, o el ciclo infinito

Lo más reciente de Aaron Sorkin es el tipo de historia en que se desenvuelve como pez en el agua, en las conversaciones de pasillo, en los intercambios ingeniosos aunque repetitivos si has visto más de los trabajos de Sorkin. 



El Juicio de los 7 de Chicago nos cuenta, por medio de unas secuencias enérgicas e intensas, una parte del efervescente periodo de los 60-70 en los Estados Unidos, más precisamente enmarcándose en la lucha por los derechos civiles, la oposición civil a la guerra de Vietnam, y el ascenso al poder de Richard Nixon, probablemente el más infame, y eso que hay dura competencia, de los presidentes de los Estados Unidos, sobre todo en la historia más reciente. 

Los 7 de Chicago eran jóvenes que formaban parte de grupos intelectuales y de base, grupos sindicales, estudiantiles e incluso de minorías víctimas de los abusos a sus derechos, y fueron los 7 reconocidos como líderes, quienes fueron arrestados y enjuiciados bajo la premisa gubernamental de encontrar chivos expiatorios a quienes culpar del malestar social en esa coyuntura. 

La película tiene un guión magnífico que estoy seguro será nominado a muchos premios, y que se desenvuelve entre las escenas específicas del juicio, y las reuniones de los acusados, así como sus recuerdos sobre como llegaron a ser arrestados. Hay momentos en que te dejan claro que ni siquiera ellos mismos, que en el fondo representaban la misma lucha, se sentían plenamente identificados entre sí. 



La parte académica, se sentía en un escalón arriba y menospreciaba la lucha de base que hacían los demás, así como el apoyo sindical. Mención aparte el movimiento de las Panteras Negras, que también fue clave durante las luchas sociales, específicamente para su colectivo. 

Las actuaciones son muy buenas, sobre todo de parte de Sacha Baron Cohen y Jeremy Strong, así como un Eddie Redmayne que por momentos logra mostrar esa ambiguedad de su personaje, y sobre todo una soberbia actuación de Frank Langella, como el Juez Hoffman, que hizo todo lo posible por abusar de su poder en la corte para manipular eljuicio y condenar a los 7 de Chicago. 

Es esta no solamente una película sobre los movimientos sociales, sino también una película sobre la diversidad en la lucha social, tan relevante hoy como hace 50 años, y sobre la particularidad de las manipulaciones políticas para conseguir condenas de forma judicial. 

Ciertamente, la película está llena de los clichés de Sorkin en su trabajos anteriores, largas secuencias de gente caminando e intercambiando argumentos, monólogos para describir ideologías, y probablemente algo de lo negativo de la película, al centrarse en el juicio específico, la mención de la participación femenina en la lucha del movimiento de los derechos civiles, que si la hubo, es nula. 

Lo mejor, la forma en que los actores desempeñan de forma genial los papeles que les delimita el guión, dando toques personales, y elevándolos a un nivel superlativo. 

Lo que menos me gustó, la idea de centrarse en momentos muy cortos, y condensar el juicio, aunque a la larga, y narrativamente, funcione. 

The Trial of the Chicago 7: 8.5/10.

Posibles nominaciones al Oscar: Película, Dirección, Guión Original, Actor, Actor Secundario, Diseño de Producción, y Música Original. 

Trailer: 


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