jueves, 12 de noviembre de 2020

Boys State, ejercicios para un sucio futuro

 2020 ha sido un año especialmente bueno para el género documental, y este, aún con un tema que parece palidecer en relevancia al compararse con temas ecológicos o de casos específicos como manejo de pandemia o eventos históricos, logra mantener importancia al hacer una relación de causa y efecto sobre la realidad de la formación, no del pensamiento si no de la actitud política partidaria, de la forma más sucia. 

Boys State nos presenta el resumen de un ejercicio anual llamado American Legion, en el cual 1000 jóvenes son divididos en 2 grupos, los Federalistas y los Nacionalistas, de modo que puedan no solo aprender si no aplicar los principios democráticos en la lucha por el poder. De esa manera, tenemos la construcción de una democracia representativa desde sus cimientos, incluyendo la elección de líderes de partidos, la organización de debates y finalmente, la elección del gobernador como el acto cierre de todo el campamento. 

Pero no es ese el centro de la historia. La esencia, como siempre, es la gente. Boys State es un profundo estudio de lo que está mal desde el inicio en las democracias. Los jóvenes se dan cuenta que los principios son irrelevantes en la consecución del poder. Pueden prometer cosas que no les interesan cumplir, enardecer los ánimos con argumentos que no creen pero que son lo que la gente quiere oír, e incluso utilizar el sistema para denigrar las opiniones contrarias, y sus emisores. 

Estrenada en Sundance, y adquirida por A24 y Apple para su distribución, Boys State se centra en 4 de los 1000 jóvenes, 2 de ellos que son encargados de dirigir sus partidos y dos que corren por el puesto de gobernador. 

Jesse Moss, a quien conocí por su extenso estudio sobre la influencia de poderosos grupos conservadores en la política de los Estados Unidos, en la serie documental de Netflix, The Family, logra mostrarnos como crecen las ideas de manipulación de los sistemas democráticos por la misma necesidad individual de ganar poder sin importar el costo. 



Indudablemente, es terrible ver como las maquinaciones y los intereses personales son recompensados en la búsqueda de poder de las nuevas generaciones, en lo que parece ser un espejo de la visión tradicionalmente sucia de la política partidaria. También es reconfortante como entre todos ellos hay jóvenes que navegan defendiendo sus principios sin temor a que les traiga el costo de perder sus elecciones. 

Lo mejor, la condensación de la temática sin diluirla, y generando un ritmo sencillo y efectivo.

Boys State: 7.5/10.

Posible nominación al Oscar como Documental. 

Trailer: 



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